
El calentamiento global y el cambio climático, junto con la búsqueda de un desarrollo sostenible, son los asuntos que producen más reuniones y eventos a nivel internacional y reúne a gran número de líderes políticos. En una de ella; exactamente la decimocuarta Conferencia sobre cambio climático se inició para intentar establecer las bases y compromisos del tratado de Copenhague. En esta Doce mil delegados de 190 países adoptaron una hoja de ruta” para preparar el encuentro de Copenhague.
Al mismo tiempo los líderes de la Unión Europea se reunieron en Bruselas, Bélgica, y alcanzaron un acuerdo sobre un paquete de medidas para combatir el cambio climático, pactando reducir sus emisiones 20% para 2020.
La decimoquinta Conferencia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, llevada a cabo del 7 al 18 de diciembre de 2009, tenía la meta de preparar futuros objetivos para remplazar el Protocolo de Kioto, que terminará en 2012. Estuvieron en ésta miles de expertos en clima y representantes de 192 países miembros de dicha convención.
Esa cumbre fue la culminación de un proceso de preparación que se inició en Bali en 2007, con una “hoja de ruta” adoptada por los países miembros, con el siguiente protocolo de las partes, que divide sus labores en grupos específicos de negociación para abordar los diferentes temas de las agendas de sus órganos subsidiarios y grupos de trabajo ad hoc.
El viernes 18 de diciembre, conforme concluyeron los grupos de negociación, se celebraron las sesiones plenarias para la clausura de la conferencia. Ésta tuvo como propósito fortalecer el régimen climático en cinco grandes áreas señaladas en el plan de acción de Bali: visión de largo plazo, mitigación, adaptación, tecnología y financiamiento. Entre sus objetivos primordiales está concluir el proceso de negociación iniciado en diciembre de 2007, en el cual se deberán establecer parámetros específicos para los siguientes temas:
- Mitigación: Establecimiento de compromisos cuantitativos y ambiciosos de reducción de emisiones para países desarrollados, así como acciones fortalecidas de mitigación para naciones en desarrollo, con base en incentivos positivos.
-Adaptación: Establecimiento de un nuevo marco institucional, que en el contexto de la convención oriente las políticas y medidas de respuesta a los efectos nocivos del cambio climático.
-Tecnología: Fortalecimiento de las acciones en materia de investigación y desarrollo tecnológicos.
-Financiamiento: Diseño de un esquema financiero que sea eficiente, predecible y adecuado para atender las necesidades de adaptación y mitigación del mundo en desarrollo.
-Meta global de largo plazo: Un objetivo indicativo que permita orientar las acciones de las partes de la convención al menos hacia 2050. Este objetivo es la reducción mundial de las emisiones de CO2 en al menos 50% en 2050 respecto de 1990, y para conseguirlo los países deben marcarse metas intermedias. Así, las naciones industrializadas deberán disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre 25 y 40 por ciento en 2020 respecto de los índices de 1990 y deberían alcanzar una reducción de entre 80 y 95 por ciento para 2050.
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